Por: Adriana Rosales
Un sueño reponedor permite cumplir de mejor forma con las
exigencias diarias, pero también ayuda a controlar el estrés y a mantener un
estado de ánimo equilibrado.
Se regeneran y oxigenan las células:
Al dormir, nuestra piel descansa y las células se regeneran
y oxigenan con mayor facilidad.
Ayuda a mantener un peso adecuado:
Cuando el cuerpo no descansa lo suficiente, presenta una
tendencia a acumular grasas y es más difícil quemarlas.
Favorece el control de enfermedades como la hipertensión y
diabetes:
Cuando no descansamos lo suficiente corremos el riesgo de
aumentar nuestra tensión arterial, haciendo más alta la probabilidad de
contraer hipertensión o diabetes por el incremento de producción de Cortisol.
Cuida el corazón:
Durante el sueño también disminuye la frecuencia cardíaca
para que las células coronarias y los tejidos puedan repararse.
Mejora la capacidad de intelecto:
El descanso es fundamental para mejorar nuestra actividad
intelectual. El cerebro necesita varias horas de desconexión para procesar toda
la información acumulada durante el día.
Incentiva la coordinación física:
Una actividad psicomotriz no puede ejecutarse si el cerebro
no está descansado. Si vamos a conducir o a realizar un trabajo que implique
riesgos, el descanso no sólo es aconsejable, sino que imprescindible.
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